martes, diciembre 08, 2009

Hielos y restos óseos.


Alguna vez voy a decir: ¿te acordás pedazo de inútil cuando tenías veinte años y lo único que hacías era lamentarte por tu condición de inadaptada? Y mis labios un poco más viejos van a murmurar: "sí, me acuerdo", pero ahora soy otra, ahora me voy de shopping y compro compulsivamente a modo de terapia, ahora no fumo, ni tomo, y como sano y me baño todos los días en sales minerales de Norteamérica. Ahora tengo un título, dejé esa fantasía de las letras y la filosofía. ¡Soy contadora! Tengo mi propio estudio, ya no lloro todos los días, ya no necesito fumarme un porro para disfrutar. Ya no necesito encerrarme en mi casa como un caracol. Ahora salgo a correr todas las mañanas y escucho a Luis Miguel mientras hago mis ejercicios de respiración. Ahora antes de acostarme leo a Osho y los libros de autoayuda salvaron mi vida. Ahora soy rubia otra vez, oxigenada, voy a la peluquería cada 15 días. Tengo dos hijos, y van a escuelas privadas. Me operé el busto y me puse colágeno en los labios. Ya no hablo con extraños, no doy más monedas ni compro inutilidades en el subte o en el tren, ¡porque ya no viajo más así! ¡tengo auto! Un BMW, tengo el celular más caro de todos y mando mensajitos todo el día. No trasnocho más, me levanto tempranito, preparo el desayuno para mi marido y mis hijos, limpio la casa, lavo la ropa, plancho, no tengo mascotas porque me ensucian todo. Tengo plantitas y las riego todos los días. Voto al PRO, miro novelas, programas de chimentos, veo a mi famiia a diario. Tengo millones de amigos, todos me respetan, nadie cree que estoy loca. Porque tomo al pie de la letra las pastillitas que me dio el psiquiatra. No soporto el humo del cigarrillo, no soporto a los cartoneros, no soporto a los nenes chiquitos, sólo a los míos. Estoy al tanto de cómo van los negocios de mi marido. ¡Qué curioso! Vende celulares.
Me casé por iglesia, porque ahora tengo fe en dios y en Jesús y en la Vírgen María. Rezo todas las noches antes de acostarme, me lavo los dientes tres o cuatro veces por día. Uso todo tipo de cremas, baños para el pelo. Sól tomo agua mineral porque el alcohol es malo, es dañino, es una de las tantas herramientas del demonio para desviarnos del camino del señor. Voy a misa todos los domingos y después a comer a restaurantes muy caros, porque com tengo cinco tarjetas de crédito y mi economía es estable me puedo permitir todo lo que se me antoje."
Pero ahora digo: "pedazo de hija de puta, no te vas a adueñar de mi sueños, de mis ideales. Antes de convertirme en eso prefiero convertirme en un cadáver bien hecho mierda. Jamás vas a adueñarte de mi vida, jamás te voy a dejar entrar. Antes que eso (y no tengo ningún problema en repetirlo) me suicido. Y que me tiren al mar. Que tiren mis cenizas al océano. Seré alimento de algún animalito, pero prefiero eso a pudrirme en un cementerio privado.
Belú.

martes, diciembre 01, 2009

BASURA BLANCA.



Es lo más incómodo del universo
tener una lata de cerveza
en la mano
y no saber dónde apoyarla.
Tener que dejarla en el piso
mugriento de este tren,
y ¡ay! pobrecita, ella tan fría
y el piso tan terrenal,
tan lleno de huellas,
de huellas de gente que pisotea
sin ninguna contemplación.
Y a mí me gustaría ir levitando,
me sentiría menos sola
si flotase.
Un poquito más elevada,
no pido más.
No quiero pedir nada más,
porque los que se conforman tienen.
Una paradoja terrible,
como que yo quiera tomar
y la cerveza no quiera ser tomada.
Mentira.
Ella sí quiere ser tomada,
y no es mentira que yo quiero tomarla.
Lo podría probar ahora,
uno, dos, ¡tres! Sorbo laaaargo...

Belú.

martes, noviembre 10, 2009


No me acuerdo qué día fue, pero era gris, asquerosamente gris, devastadoramente gris, y yo cruzaba Scalabrini Ortiz, mejor dicho esperaba que el semáforose pusiera en rojo. Al lado mío una señora mayor, con un pañuelo en la cabeza, esperaba también poder cruzar. Me miró, dio unos pasos hacia adelante (el semáforo en verde), me volvió a mirar y me dijo: -No, mejor no, vamos a vivir un día más. Instantáneamente me desconecté, verla a ella, el cielo tan plomizo, y yo arrastrando mi propia vida por todo este asqueroso tiempo. Me hizo feliz ver a esa señora y además me dijo buen día.
La amé por unos minutos, y ahora es raro el proceso, se queda en mis recuerdos y en mis esperanzas de volverla a cruzar alguna vez.

lunes, noviembre 02, 2009


Unos ojos perdidos vagan en la superficie negra de un vaso de vitriolo...

lunes, octubre 26, 2009

Sólo por hoy.



A través de la abertura
me llegan tus incomprensibles palabras
tus balbuceos,
tu tos,
tus quejidos.
Mamá...
¿sos vos?
¿Quién es esa persona
que ya no puede mantenerse
en pie, sin ladearse?
¿Quién es ese ser
que ya desconoce mi nombre?
¿Quién es esa persona
que se hace pis encima?
¿Quién es la que tiene
la mirada perdida?
Estás fría y pálida,
temblás,
cerrás los ojos todo el día,
¿es que ya no querés ver
nada más de este mundo?
No te rindas tan rápido,
no me dejes sola,
no lo dejes solo a papá,
ni a Giselle.
Él te ama tanto, tanto,
nunca vi a nadie amar así,
con tanta intensidad,
dedicacion y devoción.
Nirvana no se despega
de al lado tuyo.
¿Qué está pasando?
¿Por qué todo tiene que ser así?
Cómo me gustaría
despertarme un día,
y que ya estés levantada,
y no que yo tenga que despertarme
para que vos lo hagas.
Tarea difícil para mí,
que a veces quisiera dormir 500 años.
Me gustaría que pudieras hacer
todo lo que tenés en mente,
todo lo que tenés ganas,
sin la ayuda de nadie,
me gustaría volver a ser Belén,
tu hija, y no una extensión
de tu cuerpo, para ayudarte.
Me gustaría que mi hermana,
nos visitara más, nos abrazara más.
Estamos tan pero tan solas, mamá.
Por eso yo no sé qué va a pasar
cuando vos no estés,
¿a quién le voy a dar
todos estos besos contenidos?
¿y todos estos abrazos?
¿Con quién me voy a enojar
cuando no quiere comer?
¿Y Nirvana a quién se le va a
tirar a los pies?
Ella también quiere que abrás
los ojos, y que la mirés,
y la acariciés,
con tu mano,
esa que prácticamente tenés cerrada
y deformada,
porque el cerebro es algo tan
incomprensible,
que hace ese tipo de cosas,
como deformarte las manos,
esa parte tan hermosa de tu cuerpo.
Esas manos que me sostuvieron
cuando era bebé,
cuando no podía valerme por mí misma,
cuando no caminaba, vos me agarrabas
y me ayudabas,
y ahora, 22 años después,
me toca hacer lo mismo, con vos.
Tus manos que elaboraron
las comidas más ricas
que probé en mi vida,
ahora están frías y quietas,
y ni un tenedor ni un cuchillo
te motivan para que los agarrés
sin ayuda.
¿Qué más puedo hacer
para ayudarte,
para que vuelvas a estar presente,
para rellenar esa mirada vacía y vítrea,
para que puedas volver a subir la escalera,
y me des un beso de noche,
como cuando era chiquita y me iba a dormir?
Y pensar que ahora soy yo la que
se acuesta después que vos,
y te pongo el oxígeno,
porque hasta eso te falta,
y te doy un beso,
y te digo hasta mañana,
pero en mi cabeza temo,
siempre, que no haya mañana,
que lo último sea hoy,
y lloro,
lloro como cuando escribo ésto,
mientras sigo escuchándote
a vos abajo,
y no hay música que pueda tapar
los alaridos de mi cabeza,
el llanto de mi alma,
y los gritos de mi corazón.
Te amo, mamá.
Te amo desde el primer momento
que te vi, y tengo registro.
Siempre supe que
lo nuestro iba a ser muy fuerte
y muy puro,
pero nunca me imaginé
que iba a ser de esta manera.
Que la pureza vendría
de tu enfermedad,
que la fortaleza tendríamos
que ponerla, para combatir
lo que te hace ser tan pura.

22/06/09

jueves, octubre 02, 2008

Manic Depression.


Me voy a vestir de atajos
para no ver nunca más
la calle principal
de mi vida
triste,
y ¿por qué me confundís?
Me llamo María Belén,
no Giselle,
ni Mabel,
y ayer fue domingo
y no Matías.
Es inevitable
no tener ganas de llorar.
Es desolador
verte así,
tan callada,
tan confundida,
tan triste,
tan ausente.
¿Cómo hago para que vuelvas conmigo?
¿Con nosotros?
Mamá yo te necesito tanto...
Mamá yo no quiero que nunca te vayas de casa,
a una residencia o cosas así,
y que no me veas un día y ya te olvidés
de mí.
El sábado te dije:
"Mamá por favor no te olvidés de nosotras".
Y me dijiste que no querías,
pero que te mirara,
que no estabas bien.
Y sonreíste y me dijiste:
"Igual no importa,
¿tiene mucha importancia?"
Y yo te mentí,
te dije que no,
que no tenía importancia,
que mientras te sintieras bien
a mí no me interesaba
que te olvidaras de las cosas.
Pero en realidad
me duele mucho.
Me duele mirar tu cuaderno,
y ver los dictados,
y las sumas,
y las figuritas que recortás,
y tus errores
tan explícitos
y tan marcados ahí.
Sos como una nena.
Volviste a ser una nena,
con 58 años.
¿Puede existir una enfermedad así?
Ahora todos nos damos cuenta
y perdimos ese atisbo de esperanza
de que no fuera Alzheimer
lo que te está consumiendo
desde hace casi tres años.
Tres años...
lo pienso y no lo creo.
Y vuelvo a pensar,
una vez más,
¿cómo pude vivir así tres años?
¿Cómo voy a hacer para seguir viviendo?
Mi hermana me dijo
que dentro de un tiempo
ya no ibas a poder vivir más
en casa.
Ni aunque hubieran tres personas
ayudándote, atendiéndote, conteniéndote.
Ibas a tener que ir a algún lugar,
pero yo sé que a vos te va a poner triste.
A los viejitos, y a las personas enfermas
no les gusta que los echen,
prácticamemte,
de sus casas.
Y los lleven a otro lado,
con desconocidos,
y enfermeras que te dan de comer de prepo
y te visten bruscamente,
o a veces te hacen un mimo,
y cuando apagan la luz tenés
que dormir ahí,
y no va a estar papá al lado tuyo,
y tu tarrito naranja para
escupir la flema cuando tosés,
y Nirvana a los pies de la cama,
que te saca las pantuflas para jugar.
Y yo no voy a poder merodear
de noche para ver si estás bien.

No quiero llorar más,
al menos hasta dentro de las próximas
tres horas,
cuando me siente a almorzar
con vos y Mabel,
y vea que casi te olvidás de comer,
y no puedas, o no quieras,
cortar la comida.

Belú.

lunes, junio 23, 2008


Una chica se va a la terraza, observa a su mascota canina defecar, piensa: ¿qué estoy haciendo de mi vida? Son las 08:54 am y ya necesito de mi humo predilecto para soportar las horas...
Fuma mientras mira el cielo, y todo va volviéndose más liviano, se toma un subte a "Rayuela" de Cortázar y ahí se queda desenredando cada palabra, cada oración. Y después viene a leerte, y te cuenta lo que hizo.

Belù.